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Otra vía de comunicación es la Danza, con la peculiaridad de que a través de la Danza el ser humano se comunica con la naturaleza, con lo que le rodea. Esa era la intención de danzar en los comienzos de la humanidad, actitud que se ha ido perdiendo con el transcurrir de la historia.





Podemos ver claramente que hemos perdido ese contacto con la naturaleza, con sus ritmos, con su movimiento. Y nuestra propuesta es recuperar ese contacto con el cuerpo y lo que nos rodea, estableciendo así un contacto con nuestro organismo.

El movimiento como tal es una expresión de vida, de estar vivo; los órganos de nuestro cuerpo tienen un ritmo marcado por un movimiento, al igual que la naturaleza, y eso lo podemos ver claramente en el día y la noche.





Durante este simple cambio, que vivimos a diario, estamos experimentando el cambio, el ritmo, pero no somos conscientes de ello.

Bajo estos presupuestos surgió la necesidad de desarrollar una forma de ir educando al cuerpo a descodificarse de unos movimientos establecidos.